noviembre 25, 2011

Cajamarca: leer la realidad

Cajamarca está en el ojo de la tormenta. El 24 de noviembre se inició un paro indefinido a nivel regional en contra de un proyecto minero que amenaza arrasar con un tejido de lagunas ubicadas en una de las más importantes cabeceras de cuenca del área.
Impresiona escuchar a gente de fuera –que nunca ha estado aquí ni conoce la vida de las comunidades– opinar en contra de los reclamos de la población.
Hay un oscurantismo mediático que obstruye la lectura de esta situación.
Paulo Freire, pedagogo, resaltaba siempre la importancia de leer los contextos tanto como los textos: “Hasta donde puedo recordar para recuperar mi infancia más remota, el hecho de tratar de entender mi acto de leer la realidad particular en que me movía resultaba de la mayor importancia”; y recomendaba siempre: “Aprendan a leer la realidad para escribir su historia”.
Así, resulta imprescindible acercarse a la sustantividad para comprenderla, para decodificarla. Opinar sin un mínimo de consideración por la ignorancia propia y el respeto debido a la realidad ajena, es arrogancia crasa, petulancia lamentable.
En estos días, las noticias en internet que daban cuenta de los sucesos en Cajamarca tenían comentarios deplorables; esta mañana uno decía: “Los cajamarquinos son sordos e incivilizados”.
Y hace unos días, con ese sórdido racismo que infecta muchas veces a nuestro país, un comentarista escribió: "Llegó la hora de sacar las aplanaserruchos indiosnativos atrasadores del peru. El alcohol, polladas, fiestas cumbias huayneras es a lo unico "productivo" que se dedican esta horda de salvajes. El genocidio como solucion a los problemas del peru. metan un par de nucleares y acaben con esta lacra de salvajes".
El autor de ese comentario se firmaba con el seudónimo de "Milosevic".
Más que indignación causa náusea.
En este país –parafraseando al brujo Ino Moxo–, a veces da ganas de nacionalizarse culebra.

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