febrero 15, 2012

Carta a la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca

Y sólo estando allí recorriendo parte del camino andado por ustedes, luego de hablar, dormir y comer en sus casas, de entender que campesinos, indígenas, ronderos y bibliotecarios están unidos por el vientre, descubrimos que efectivamente pensamiento y práctica se corresponden, que la palabra dignidad está en cada una de sus prácticas y actos. Es un movimiento construido a pulso, palmo a palmo, ladrillo a ladrillo, lento pero sin pausa por más de 40 años. Allí todo se cosecha, se cría: bibliotecas, libros, decisiones y proyectos, se cultivan al calor del contexto, de lo posible, de los sueños, de la discusión. Cualquier viento no les sirve.
La lectura colectiva y la circulación del libro ya hace parte de su cotidianidad, supieron tejerlo junto a sus otras actividades: el cultivo de la chacra, la elaboración de medicinas, de la crianza del cuy. Tejer todo esto en una gran manta requirió de tiempo, andar y aprender. La Red de Bibliotecas es una manta interminable tejida con hebras de distintos colores y tamaños. Es una Latinoamérica en pequeño.
Conocer experiencias dignificantes donde se labra la salud, el espíritu y la vida, a contra corriente de la galopante mezquindad en toda nuestra América, tiene un efecto motivante en hacedores de cultura y educadores de otros territorios: cultivar nuestros propios proyecto culturales y educativos con semillas de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca y de otras experiencias campesinas e indígenas de Latinoamérica.
A todo el movimiento pedagógico y cultural, nuestras más sinceras palabras de aliento para este nuevo año, agradecemos su hospitalidad y calidez en nuestra estadía en Cajamarca.

Isabel Bernal y Jaime Bornacelly
Medellín. Colombia
Enero de 2012

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