mayo 14, 2013

Arrayán

Diosito emplumado, desafías la tristeza en los senos del geranio.
Qué la eternidad sea leve, pero fértiles los besos.
Qué no haya otro roce que el de los cuerpos,
más querencia que el movimiento de las alas,
la firmeza del pico y el rubor de los pétalos que tiemblan.

Así de bello escribe Julio César Goyes Narváez, filósofo y literato colombiano, ganador de diversos premios por su obra poética.
Recientemente publicó “Arrayán”, poemario ilustrado con los también geniales cuadros del pintor peruano-colombiano Armando Villegas.
Aunque no se conocen personalmente –pero sí mutuamente sus obras–, el poeta Goyes Narváez pidió a nuestro compañero Alfredo Mires escribir el prólogo para el poemario “El quinde y los geranios”.
Aquí compartimos un fragmento de esta presentación:
Dos formas de ver el mundo colisionan a cada instante dentro y fuera de nosotros: uno es cosificante, el otro es comunero. El entusiasta aparato propagandístico de la codicia predadora nos dice que el mundo es un objeto, un recurso imperiosamente exprimible. Nos dice que sentir es una endeblez, que escalar implica rapiñar, que el éxito es impasible con el entorno. Que ahí está el plástico para sustituir la flor, el software para suplir el alma.

No hay comentarios: