junio 17, 2014

Derechos y profundidades

Hace unas semanas me tocó viajar a Masintranca, en la provincia de Chota, por una visita del Programa Comunitario. Los coordinadores de allá, Sergio y Dona, me habían pedido que les ayude con un taller sobre los Derechos del Niño.
Estos derechos son un tema transversal del Programa Comunitario en los últimos años y hemos avanzado bastante en la sensibilización y capacitación a nivel de nuestro equipo de coordinadores. Ahora nos tocaba aplicarlo en el campo lo cual, obviamente, constituye un nuevo reto.
Estábamos muy preocupados pensando en cómo les va a caer un tema como éste a los padres y madres de nuestros Juanitos, campesinos todos y de un contexto extremadamente duro en el que se pelea día a día para sobrevivir.
Por eso, para empezar, sólo queríamos tener un espacio de conversa e intercambio con mucha confianza y tranquilidad. Y nos sorprendió muchísimo la apertura de todos los papás y mamás presentes, su disponibilidad para compartir, su franqueza, sus profundos testimonios y la enorme confianza que hubo entre todos en esta primera reunión.
Con el corazón conmovido y mucha satisfacción emprendí el viaje de regreso. No hay palabras para agradecer la confianza de esta generosa comunidad, su amistad y la familiaridad entre todos. Realmente, me siento bendecida.
Rita Mocker

1 comentario:

Kepa Osoro Iturbe dijo...

Si hay dos figuras claves de una comunidad estas son sus ancianos y sus niños. Los primeros porque nos han ido marcando, con su ejemplo, la senda por la que podemos transitar.

Las niñas y niños porque ellos constituyen el futuro y sobre ellos seguirá construyéndose la comunidad.

Por eso tiene tanto valor, Rita, el extraordinario trabajo que realizáis desde el Programa Comunitario.

Tuve ocasión de asistir y participar en el encuentro que comentas en Masintranca y me conmovió la pasión con la que sugerías a los asistentes a participar y reflexionar sobre la importancia de conocer y defender por encima de todo los derechos de sus hijos.

Una sociedad que no respeta y protege a sus mayores y niños, pierde a corto plazo sus señas de identidad e ineludiblemente se destruirá a corto plazo.