agosto 12, 2015

En Yopal

Del 29 al 31 de julio, se llevó a cabo en Yopal - Casanare, Colombia, el XXV Encuentro Nacional de bibliotecas de las Cajas de compensación familiar, “Bibliotecas para el Post Conflicto”.
Nuestro compañero Alfredo Mires fue invitado para dar un taller sobre cómo convertir las manifestaciones artísticas y culturales en medios para alcanzar la paz, así como una conferencia sobre bibliotecas y su rol para la construcción de la paz.
Aquí unos breves extractos de su conferencia “Echóse a andar…”:
“Los anhelos a trabajar no pueden reducirse a un problema de procedimientos ni administraciones, sabiendo incluso que hay estructuras de poder supraestatales cuya propia naturaleza es extraña a la urgencia colectiva. Necesitamos los medios que apunten a las raíces, que tramonten la inmediatez de las coyunturas y que no maquillen las abismales arrugas de los que sufren.
¿Cómo cultivamos entonces las semillas adecuadas para resolver dilemas cruciales de carácter humano, más aún en el curso de una modernización que disuelve los vínculos profundos y los suple con lazos contractuales?, ¿dónde podemos almacigar los brotes solidarios, la simiente dignificante?, ¿cómo fumigamos definitivamente las lacras del racismo, la larvas del autodesprecio, las plagas de la arrogancia?
No son metáforas porque, de muchos modos, se trata de trabajar la tierra y de no disminuir el horizonte de las cosechas. Y aquí no es asunto del lugar en el que nos ubicamos temporalmente, sino de cuán coherente y consecuente es nuestra posición como personas y sociedades…
Con semejantes rudimentos, la construcción de la paz –cuyo sentido primario significa ensamblar– apunta a un trasplante de arquitectura esencial. La historia común latinoamericana enseña que no pueden relativizarse los martirios padecidos. Y que la potencia aniquiladora no es la llamada a dirimir las pólemicas.
Enseña también que nuestra generación no puede refugiarse en “el estremecedor silencio de los bondadosos” del que hablaba Martin Luther King. Porque esta realidad no es una circunstancia pasajera, no es un intervalo peregrino: es un desafío que demanda reedificar los cimientos…
Biblioteca es sinónimo de dinámica, no de mecánica. Biblioteca es sinónimo de movimiento, no de estacionamiento. Pero quizá, más que tratarse de la forma, se trata del fondo, porque una biblioteca bien puede ser un artilugio de la maquinaria colonizadora si el conocimiento que distribuye es puramente tributario del emplazamiento hegemónico, es decir, el dispensario adoctrinador de la ajenidad y la desmemoria…
Por eso es apremiante que la lectura no se reduzca al ámbito de los textos sino que pueda partir y ser devuelta a los contextos. Los campos de cultivo son más que piza-rrones que nos dicen cómo va la economía; el paisaje es la franca cátedra del clima; los rostros también nos dicen de cuán infaustas son las aflicciones o de cuán encumbradas son las convicciones; la calle nos educa con el descaro de su didáctica…”

1 comentario:

Kepa Osoro Iturbe dijo...

¡Cuánta razón tienes, amigo Alfredo! La biblioteca debe ser un ente vivo, un motor generador de crecimiento individual y colectivo, una energía transformadora y regeneradora, mucho más que una institución cultural. Más que distribuir conocimiento, la biblioteca debe construirlo y, sobre todo, despertar en sus usuarios el deseo y la necesidad de construirlo y compartirlo con el resto de la comunidad.

Si solo distribuyera el saber establecido, la biblioteca se convertiría (como ya sucede en numerosos lugares) en mera replicante y transmisora del poder político, económico y cultural dominante. En ese escenario, la biblioteca sería perversa.

La biblioteca debe ser semilla que robustezca, que cohesione e ilumine a la comunidad en la que está alojada. Así sí tiene sentido y auténtico potencial transformador.